Increíbles Tesoros Perdidos
Este artículo es extenso y contiene bastante información sobre tesoros perdidos por lo que tal vez quieras guardarlo en tus favoritos/marcadores para futuras consultas.
La cuarta parte de todo el oro y la plata extraídos del planeta, a lo largo de la historia, duerme actualmente depositada en el fondo del mar.
Un tesoro perdido es, en primer lugar, una enorme paradoja: después de todo el tiempo y esfuerzos empleados para reunir tal cantidad de riquezas…
¿Cómo puede acabar perdido un tesoro?
La respuesta a la pregunta anterior suele implicar en mayor o menor medida cierto grado de estupidez humana, casi siempre mezclada con elevadas dosis de avaricia… Pero no siempre, pues en algunos casos existen accidentes inevitables como guerras o catástrofes naturales que nadie podría haber previsto.
Oro, plata, diamantes y toda clase de joyas, cuya acumulación supuso en su momento un gran esfuerzo o el paso de muchos años, acaban siendo perdidos de infinidad de formas diferentes y variadas.
Como si se tratara de una especie de ciclo que desconocemos, todas las riquezas acumuladas y reunidas por los hombres desaparecen de repente, esperando volver a ser encontradas algún día, seguramente por otras personas.
Y todas esas enormes riquezas y tesoros, materiales y sin alma, permanecen impasibles al paso de los años, a veces escondidas, mientras los hombres (y mujeres) de diferentes culturas se empeñan en anhelarlos, buscarlos, soñarlos, encontrarlos y esconderlos… ¡para volver a perderlos!
¿Cómo puede perderse un tesoro?
Existen muchas formas en las que un tesoro puede acabar perdido o escondido, desapareciendo de la faz de la tierra durante mucho tiempo.
La más habitual es porque alguien lo ha escondido y después nadie ha sabido recuperarlo.
En algunas ocasiones porque el avaro poseedor del mismo ha decidido llevarse el secreto a la tumba y en otras porque simplemente no ha sido posible encontrar el lugar exacto donde había sido escondido. Más adelante veremos algunos ejemplos de ambos casos.
Otros tesoros se pierden porque son enterrados con sus propietarios a propósito, como en el caso de reyes o faraones, cuyas tumbas contenían fabulosas riquezas como joyas de toda clase, oro, plata y otras reliquias de un valor incalculable a día de hoy. También encontraremos en la lista de tesoros, a continuación, algunos ejemplos.
Otra forma habitual de perder grandes tesoros es durante su traslado de un lugar a otro. Muchos imprevistos pueden surgir inesperadamente durante la ruta, especialmente si esta es a través del mar. La cuarta parte de todo el oro y la plata extraídos del planeta, a lo largo de la historia, duerme actualmente depositada en el fondo del mar.
Finalmente hay que destacar también entre las formas posibles de perder grandes tesoros a las guerras, robos y saqueos.
A continuación hemos recopilado una lista de los 30 mayores tesoros perdidos, con una breve explicación sobre lo que se sabe de cada uno.
Lista de los 30 mayores tesoros perdidos
Tesoros perdidos míticos de la Antigüedad
- El Santo Grial. Aunque este simple objeto (la copa usada por Jesus durante la última cena con sus apóstoles) no tiene ningún valor de por sí, pues es posible que se tratase de una copa de madera o cerámica de uso común en la época, se ha convertido en uno de los tesoros más buscados a lo largo de la historia de la humanidad. Desde los caballeros del Rey Arturo hasta la actualidad han sido innumerables las personas que lo han buscado y, por supuesto, nunca ha sido encontrado. No se trata de la copa de un rey, ni está hecho de oro o adornado con piedras preciosas (aunque nadie lo sabe a ciencia cierta) pero se considera uno de los mayores tesoros que nunca han sido buscados y se le atribuyen propiedades milagrosas. Todo esto se suma con las historias fabulosas que sobre el mismo han ido surgiendo a lo largo de los siglos para terminar de formar el mito que ha llegado hasta nuestros días.
- El Arca de la Alianza. Otro objeto de carácter religioso al que se atribuyen increíbles propiedades de toda clase, incluída la posibilidad de comunicarse con Dios o destruir ciudades enteras si es usada como arma. En este caso si se trata de un objeto hecho de oro y descrito con detalle en los libros del antiguo testamento, donde se puede leer una descripción de la misma que incluye hasta sus dimensiones exactas: 2,5 codos de largo, 1,5 de ancho y 1,5 de alto (111 cm × 67 cm × 67 cm). Además se sabe también el lugar donde el Arca fue custodiada durante mucho tiempo: en el Templo de Jerusalén, construido por el Rey Salomón. Antes de la construcción del templo existen informaciones sobre sus anteriores ubicaciones. La última referencia a la misma es de unos seiscientos años después de la construcción del templo, en la época del Rey Josías. No se ha llegado a saber cuándo desapareció ni en qué circunstancias y, aunque existen en la actualidad diferentes teorías sobre su paradero, nada se sabe realmente de forma segura.
- Rollo de cobre de los Manuscritos del Mar Muerto. En el año 1947 un grupo de beduínos encontraron por casualidad una cueva con algunas vasijas en cuyo interior había antiguos pergaminos enrrollados. Se trataba de los Manuscritos del Mar Muerto, el mayor tesoro escrito de la historia, datados en época de Jesucristo unos 2000 años antes. Los arqueólogos iniciaron entonces una detallada búsqueda encontrando finalmente hasta un total de 972 pergaminos ocultos en 11 cuevas diferentes. Los textos, escritos en arameo, hebreo y algunos en griego, son de carácter religioso y contienen algunos de los libros de la Biblia. Los rollos están elaborados en cuero o pergamino y escritos con una tinta a base de carbón. Sin embargo entre todos ellos destaca uno que es completamente diferente a los otros encontrados: está hecho de cobre. Además este rollo de cobre, en lugar de textos religiosos, contiene el mapa de 64 localizaciones donde se esconden increíbles tesoros, así como el inventario detallado de cada uno de ellos. Se trataría pues del más increíble mapa de tesoros jamás encontrado. Al ser traducido y estudiado en su momento levantó una gran polémica entre los estudiosos e investigadores, algunos de los cuales llegaron a asegurar que no podía tratarse de tesoros reales por las enormes cantidad de oro y plata a las que hacían referencia (nadie podría haber llegado a acumular tal cantidad de riquezas). Sin embargo otros investigadores sostuvieron la postura contraria: no tendría sentido haber grabado sobre cobre dicha información si no fuera auténtica con las dificultades tecnológicas de su época. Finalmente fue John Marco Allegro, uno de los científicos encargados de la traducción del rollo de cobreo quien se decidió a emprender una gran búsqueda sobre el terreno. Financiado por el rey de Jordania, entre otros, buscó durante años los tesoros descritos en el rollo de cobre. A pesar de las dificultades, debido a todos los cambios producidos durante dos mil años, consiguió encontrar varios de los lugares descritos en el rollo. Por desgracia no encontró ningún tesoro, pues es posible que a lo largo de los años hubieran sido saqueados y expoliados. A pesar del fracaso en su búsqueda de los tesoros el hecho de haber encontrado muchos de los lugares descritos en el mapa sirve como prueba de que seguramente el rollo de cobre era realmente un mapa de los tesoros. Actualmente la mayoría de estudiosos se decantan por la hipótesis de que el mapa es real. El rollo de cobre se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico de Jordania, en Ammán. Una de las hipótesis al respecto dice que tal cantidad de riquezas escondidas solo podría explicarse si se tratara del tesoro del Segundo Templo de Jerusalén, saqueado por los romanos en el año 70 después de Cristo. Nunca ha sido encontrado, que se sepa, ninguno de los tesoros hasta el día de hoy…
- Menorah de oro del tamaño de un hombre. Durante el saqueo del Segundo Templo de Jerusalén (año 70 d.C.) los romanos consiguieron apoderarse de grandes riquezas y tesoros que se encontraban en el Templo. Entre estos tesoros cabe destacar un menorah de oro del tamaño de un hombre. Un menorah es el candelabro usado por el judaísmo en sus rituales, que según la tradición hebrea se remonta a la época del éxodo. Se conservan referencias literarias y grabados de la época que hacen referencia a este objeto, entre ellos un bajorrelieve que aparece en el Arco de Tito. Aunque hay pruebas de que fue trasladado a Roma y más tarde a Constantinopla su rastro se pierde a lo largo de la historia, de igual modo que el propio objeto.
- La tumba de Nefertiti. Nefertiti, esposa del faraón Akenaton, es una de las figuras egipcias más conocidas en nuestros días gracias a su gran belleza, de la que conservamos como prueba su busto (que unos 3500 años después se mantiene aún con los colores originales). La búsqueda de su tumba ha sido un gran misterio hasta la actualidad y, por ahora, no ha sido hallada todavía. A pesar de que excavaciones recientes en la tumba de Tutankamon parecían indicar la posibilidad de que una cámara oculta tras la misma pudiera esconder su tumba, finalmente parece que esta idea ha sido descartada.
- La tumba de Alejandro Magno. Alejandro III de Macedonia, hijo de Filipo II de Macedonia y apodado el grande (Magno), murió a la edad de 32 años en el año 323 a.C. Aunque durante mucho tiempo la ubicación de su monumento funerario fue conocida, siendo venerado y visitado como si de un Dios se tratase, el paso del tiempo, así como diversos traslados de su cadaver, acabaron provocando la desaparición definitiva de sus restos. Actualmente, aunque existen diferentes teorías sobre su posible ubicación, nadie puede asegurar a ciencia cierta el lugar donde descansa este gran conquistador. Encontrar la verdadera tumba de Alejandro Magno se ha convertido en el santo grial de la arqueología, pues esto permitiría aclarar las causas reales de su muerte temprana.
- La tumba de Cleopatra. Otra tumba no menos misteriosa que las dos anteriores es la de Cleopatra VII, la última reina de Egipto, que pudo ser enterrada junto al general romano Marco Antonio. A pesar de los múltiples intentos por encontrar su lugar de descanso, su lecho permanece intacto hasta el día de hoy, bajo las arenas del desierto, en algún lugar de la costa mediterránea. Cleopatra ha sido protagonista de operas y películas, además de la obra dramática “Antonio y Cleopatra” de William Shakespeare. Según la tradición popular Cleopatra se suicidó con la mordedura de una serpiente al descubrir a su amado Marco Antonio atravesado por su propia espada. La tumba de Cleopatra VII y Marco Antonio permanece perdida, a pesar de las noticias que recientemente han circulado en los medios y que anunciaban su descubrimiento.
- El Tesoro de los Templarios. El tesoro de los caballeros templarios es uno de los mayores misterios que existen… Lo que es seguro es que nunca ha sido encontrado. Se cree que los templarios pudieron acumular enormes e increíbles riquezas en sus campañas en tierra santa, antes de ser perseguidos y ajusticiados por orden del Papa Clemente V (sobre el año 1307). Se cree que importantes objetos de gran valor pudieron formar parte del tesoro templario, como por ejemplo algunos de los descritos anteriormente en este artículo (el Santo Grial, el Arca de la Alianza o incluso el tesoro del Templo de Jerusalén). Lo que es seguro es que esta orden de caballeros acumularon grandes riquezas que nunca han aparecido. Se especula con diferentes paraderos a donde sus riquezas podrían haber sido trasladadas y escondidas, pero nada es seguro. Tras la persecución a la que fueron sometidos muchos caballeros templarios huyeron a Portugal, Escocia o Canadá. Esto ha dado lugar a diferentes vías de investigación que se relacionarán con algunos de los tesoros que veremos a continuación (además de otros que ya hemos repasado antes). Sin duda un auténtico misterio aún por resolver.
- El misterioso pozo de la isla de Oak (Canadá). La Isla del Roble (Oak Island) es una pequeña isla de apenas 57 hectáreas de extensión, situada en el litoral sur de Nueva Escocia, en la costa atlántica de Canadá. En 1795 un joven de 16 años, acompañado por dos amigos, encontraron el pozo del dinero, lugar donde empezaron a excavar creyendo que podrían encontrar un antiguo tesoro pirata. A unos 60 centímetros encontraron una capa de piedras y a unos tres metros una plataforma de troncos. Estos hallazgos les animaron a continuar excavando hasta encontrar otra nueva plataforma de troncos a unos 6 metros de profundidad, pero ante la falta de ayuda, y el poco crédito que se daba a su historia, decidieron abandonar la excavación a unos 10 metros de profundidad, sin haber encontrado el tesoro. Aparentemente la historia del supuesto tesoro quedó olvidada hasta que años más tarde otras personas decidieron continuar la excavación. Desde entonces la búsqueda no ha cesado y el misterio no ha dejado de aumentar. A medida que se fue excavando a mayor profundidad fueron apareciendo nuevas plataformas de troncos (cada tres metros aproximadamente). A unos 27 metros de profundidad se encontró una losa grabada con extraños símbolos que, según algunas traducciones indicaba que debajo de la misma se encontraba escondido un enorme tesoro. Concretamente la inscripción decía algo así como “catorce pies más abajo 2.000.000 de libras están sepultadas”. Sin embargo esta traducción no es para nada fiable según otros expertos. Desgraciadamente esta piedra desapareció a principios del siglo XX y nunca más fue vista. Al continuar con la excavación, pasados los 30 metros de profundidad el pozo empezó a inundarse y la búsqueda tuvo que detenerse por el momento. Con el paso del tiempo y la llegada de nuevos buscadores de tesoros a la isla que rotomaron la excavación se fueron encontrando nuevos datos que no hicieron más que aumentar el misterio del pozo del dinero y, en general, de la isla de Oak. Se han encontrado túneles subterráneos que comunican con otras partes de la isla y que nadie sabe como ni cuando han sido construídos, y mucho menos quien ha podido ser el autor (autores) de los mismos. Este sistema de túneles son los responsables de que el pozo se haya inundado en diferentes ocasiones. Además, durante todo este tiempo de búsqueda, con una inversión considerable de dinero, seis personas han perdido la vida en Oak Island y con cada nuevo intento de recuperar lo que sea que se haya escondido al final del pozo el misterio no ha dejado de aumentar. Algunas teorías surgidas durante todo este tiempo hablan de un tesoro pirata, otras de un tesoro escondido por las tropas británicas en la época de la revolución estadounidense, otras teorías sugieren que se puede tratar de las joyas de Maria Antonieta… y, por supuesto, también se apunta la hipótesis de que puede tratarse del tesoro perdido de los templarios. A día de hoy nada se sabe a ciencia cierta… pero la búsqueda continúa e incluso ha dado lugar a programas de televisión como La Maldición de Oak Island, donde se usan las más modernas tecnologías para tratar por fin de resolver el misterio. Pero tal vez lo que se encuentra escondido ahí abajo no sea un tesoro y, en vista de todo el trabajo empleado para ocultarlo, sin aparente posibilidad de recuperarlo por parte de quien lo haya escondido, tal vez se trate de algo que nunca debería ser desenterrado.
Tesoros perdidos precolombinos y el mito de “El Dorado”
- El tesoro del fondo del Lago Guatavita. Cuando los conquistadores españoles llegaron a América, en la zona que actualmente corresponde a Colombia, descubrieron que un pueblo indígena (los Chibchas) celebraban un ritual en el que arrojaban, como ofrenda a sus dioses, piezas de oro y esmeraldas al fondo de este lago. El jefe de la tribu, cubierto con polvo de oro, era conducido hasta el centro de la laguna en una balsa lujosamente decorada y allí arrojaba al fondo del lago la ofrenda de oro y piedras preciosas, a la vez que desde las orillas los seguidores del ritual también arrojaban al agua piezas de oro. Esta tradición del “indio dorado” fue uno de los principales hechos que sirvieron para forjar la leyenda de “El Dorado”. A pesar de que en diferentes ocasiones se intentó drenar el lago, consiguiendo un importante descenso de los niveles de agua, nunca fue posible lograrlo por completo. Sin embargo sí que se recuperaron piezas de oro y esmeraldas de un gran valor. Actualmente es patrimonio histórico de Colombia.
- La ciudad perdida de Paititi. Además de lo expuesto en el punto anterior, los conquistadores españoles también escucharon historias de la existencia de una ciudad hecha completamente de oro, hasta el pavimento de sus calles, en medio de la selva (en la región que hoy correspondería a la frontera de Bolivia, Brasil y Perú). Ante la inminente llegada de los españoles los indígenas habrían optado por huir selva adentro, transportando con ellos todas sus riquezas y oro, hasta un lugar secreto y seguro donde habrían construído una ciudad de oro. La existencia de esta ciudad dorada, y su búsqueda, también se relacionaría claramente con el mito de “El Dorado”. A pesar de los numerosos intentos de encontrar la ciudad de oro y sus increíbles riquezas ninguno de ellos llegó a tener éxito. Es posible que el mito de la ciudad perdida de Paititi y el mito de “El Dorado” solo sea una mezcla entre dos mitos y, tal vez, nunca haya existido una ciudad completamente de oro oculta en medio de la selva amazónica (mucho más al sur que el Lago Guatavita).
- El oro de Atahualpa. En el año 1532, Francisco Pizarro, en plena campaña de conquista del Imperio Inca, capturó como prisionero al gobernante Atahualpa. A cambio de su libertad Atahualpa ofreció a Pizarro una habitación llena de oro, conocida también como “El Cuarto del Rescate”. Sin embargo ninguna de las dos partes cumplió con el trato: Pizarro ordenó la ejecución de Atahualpa, del cual no acababa de fiarse, y los indígenas al enterarse, obviamente, nunca llegaron a entregar el oro prometido, en lugar de ello decidieron esconder el tesoro. La leyenda dice que las tropas de Atahualpa que transportaban el oro del rescate (unas 750 toneladas aproximadamente) decidieron regresar a Quito (actualmente Ecuador) y arrojaron el tesoro a un lago, en la cordillera Llanganatis. Desde entonces, a lo largo de los últimos 500 años, muchas personas han tratado de hallar el tesoro perdido, pero sin éxito.
- El tesoro de la Noche Triste. También conocido como el tesoro perdido de Moctezuma o el tesoro maldito de Moctezuma hace referencia al inmenso tesoro de la cultura Azteca del que los españoles, dirigidos por Hernán Cortés, se habían apropiado tras tomar como prisionero a Moctezuma II. A pesar de haber llegado a la capital del Imperio Azteca y haber conseguido apropiarse de sus tesoros, los españoles en clara desventaja numérica tuvieron que acabar huyendo durante la noche y abandonando el increíble tesoro. Fue la noche del 30 de junio de 1520, conocida como la noche triste, por haber tenido que abandonar uno de los mayores tesoros nunca vistos, además de la derrota militar a manos de los aztecas. Tiempo después cuando los españoles finalmente se vengaron de esa derrota y consiguieron conquistar la capital azteca trataron de encontrar de nuevo el tesoro usando cualquier medio que fuese necesario. Una vez más todos los esfuerzos fueron infructuosos hasta el día de hoy, pues todas las riquezas que Hernán Cortés y sus hombres habían visto desaparecieron como por arte de magia… ¿Sigue oculto en alguna parte el tesoro de Moctezuma?
Tesoros perdidos de piratas y galeones hundidos
- El tesoro de Lima. (El tesoro de la Isla del Coco) En el año 1820 el virrey español de Perú, ante la amenaza de contínuas revoluciones, decidió enviar las riquezas de la corona a México. Para ello decide trasladarlas por barco. Pero el capitán William Thompson y su tripulación, encargados de la travesía, tenían mejores planes para el cargamento que transportaban por lo que decidieron apropiarse del mismo y repartirse las riquezas. Tras esconder el tesoro en la Isla del Coco (en el Océano Pacífico, a unos 560 kilómetros de Costa Rica) Thompson y su tripulación fueron detenidos y nunca pudieron volver a recuperarlo. Desde ese momento ha habido múltiples intentos de encontrar este tesoro perdido, así como otros que supuestamente famosos piratas habían enterrado en esta isla. En 1910 el presidente de EEUU Franklin Roosevelt fue uno de los que se interesó en esta aventura protagonizando una expedición en busca del tesoro. El tesoro de Lima estaba compuesto por monedas de oro, estatuas, joyas, coronas, piedras preciosas y barras de oro y plata, con un valor actual cercano a los 300 millones de dólares.
- El barco del tesoro Flor de la Mar. El Flor do Mar era un barco portugués que a principios del siglo XVI transportaba para la corona de Portugal un importante tesoro, obtenido en la conquista de Malaca. La noche del 20 de noviembre de 1511, durante su trayecto de regreso a Portugal, se hundió frente a las costas de Sumatra debido a una tormenta y, seguramente, al peso de la enorme carga que transportaba (unas 60 toneladas de oro, plata y joyas). El tesoro del Flor de la Mar, uno de los mayores tesoros perdidos en el fondo del océano, nunca pudo ser recuperado. Aún a día de hoy tres países: Portugal, Indonesia y Malasia se disputan los derechos de salvamento del navío hundido.
- La flota de 1715 y el San Miguel. Tras su ascenso al trono Felipe V, rey de España, decide crear una de las mayores flotas destinadas a trasladar tesoros y riquezas. Formada por cinco barcos de la flota de Nueva España (México) y seis más de la flota de Tierra Firme, fue conocida como la flota 1715. El 30 de julio de ese mismo año, cargados con enormes cantidades de oro, plata, joyas, perlas y otros objetos de valor, partieron desde el puerto de La Habana justo antes de la temporada de huracanes. A pesar de todas las precauciones tomadas para evitar el saqueo por parte de piratas, unos siete días después de su partida, casi toda la flota acabó naufragando debido a las fuertes tormentas que se encontraron. El naufragio se produjo cerca de la actual Vero Beach (Florida) y, aunque en los años posteriores fue posible rescatar un pequeño porcentaje del tesoro perdido, la mayoría aún se encuentra en el fondo del mar. Actualmente aún se encuentran ocasionalmente en las costas de Florida monedas de oro y otros restos del naufragio. El único barco de toda la flota 1715 que aún no ha sido localizado es el San Miguel, posiblemente uno de los barcos con tesoros más ricos que nunca han sido encontrados.
- Cargamento perdido del Nuestra Señora de Atocha. Otro caso muy similar al anterior es el del galeón Nuestra Señora de Atocha, que también naufragó por culpa de una fuerte tormenta cerca de las costas de Florida en el año 1622 mientras regresaba a España cargado de enormes riquezas. A pesar de que en 1985 un cazatesoros estadounidense llamado Mel Fisher consiguió localizar el navío y rescatar una parte del tesoro, se calcula que aún permanecen bajo las aguas 17 toneladas de plata, 27 kilos de esmeraldas, 128 mil monedas y 35 cajas de oro.
- El tesoro perdido de Rande (Ría de Vigo). El 23 de octubre de 1702 tuvo lugar la Batalla de Rande, en la Ría de Vigo (España). En plena Guerra de Sucesión una flota de barcos españoles trasladaban un gran tesoro desde Cuba, procedente de los diferentes territorios hispanoamericanos, hasta el puerto de Cádiz. Debido a que fueron alertados de la presencia de los ingleses decidieron desembarcar el cargamento en un puerto más seguro y pusieron rumbo hacia Vigo. Sin embargo una vez dentro de la ría fueron sorprendidos y rodeados por las fuerzas inglesas antes de haber podido descargar las riquezas que transportaban. Después de una sangrienta batalla los galeones españoles fueron hundidos y el tesoro nunca fue encontrado. Algunas versiones cuentan que los españoles deliberadamente arrojaron el tesoro al fondo del agua para evitar que fuera a parar a manos de sus enemigos. Sin embargo algunos expertos opinan que se trata de un tesoro imaginario, más cercano a la leyenda que a la realidad, pues el cargamento sí que fue desembarcado. Sea como sea, el tesoro nunca ha aparecido. En la actualidad se sabe que los galeones permanecen hundidos en la ría pero su rescate es muy complicado pues, debido al paso del tiempo, se encuentran sepultados y enterrados bajo varios metros de lodo. Curiosamente Julio Verne localizó en el mismo escenario de esta batalla la fuente de aprovisionamiento de oro del Nautilus, en su novela 20.000 leguas de viaje submarino.
- El tesoro perdido del Capitan Kidd. El capitán William Kidd fue un marino escocés que sirvió a la Corona Británica, protegiendo a sus colonias de los ataques franceses y de los piratas. Más tarde se convirtió en corsario y finalmente en un pirata. Fue ahorcado en 1701 tras haber sido declarado culpable de todos los cargos de piratería de los que había sido acusado. Durante sus años como capitán a bordo del Adventure Galley acumuló un fabuloso tesoro que enterró en algún lugar secreto antes de ser detenido. Aunque recientemente se han encontrado los restos hundidos de su embarcación en Madagascar nada se ha sabido sobre el paradero de su fortuna, acumulada de botín en botín. El tesoro escondido por el capitán Kidd sigue desaparecido hasta el día de hoy pero su leyenda no ha dejado de crecer. En 1929 un anticuario llamado Hubert Palmer compró un viejo escritorio en una subasta. Al restaurarlo encontró en el interior de una de sus patas, que estaba hueca, la carta que Kidd había enviado a las autoridades para pedir su indulto. En ella revelaba el lugar exacto donde había enterrado su tesoro. Las coordenadas que citaba el manuscrito corresponden a una isla del mar de China, aunque en ese lugar no hay actualmente ninguna isla. ¿Es falso este documento? ¿Por qué alguien lo habría escondido entonces? Y si es auténtico… ¿Es falsa la información que daba el capitán Kidd? Seguramente nunca lo sabremos.
- El tesoro del pirata Henry Morgan. El Mar de los Siete Colores, en pleno caribe colombiano, rodea el archipiélago de San Andrés. Allí en la profundidad de una de sus cuevas subterráneas, conectada al océano por una red de galerías interiores, descansa escondido el tesoro del pirata Henry Morgan. Según cuenta la leyenda el propio pirata se jactaba de que estaba enterrado a tal profundidad que solo él, o el mismísimo diablo, podrían recuperarlo. Con base en la isla de Jamaica, nido de corsarios dispuestos a atacar navíos y ciudades españolas, Henry Morgan saqueó Portobelo, Maracaibo y Panamá. La leyenda cuenta también que, tras el saqueo de Portobelo, Morgan y sus bucaneros invirtieron prácticamente todo el botín obtenido en Kill Devil un ron capaz de matar al mismísimo diablo. Finalmente fue acusado de piratería y al volver a las Islas Británicas para ser juzgado fue recibido como un auténtico héroe. Fue absuelto de los cargos de los que le acusaban y el rey Carlos II lo nombró Sir, además de gobernador de Jamaica, isla a la que volvió para quedarse hasta el fin de sus días. Su salud fue precaria en sus últimos años, seguramente debida a su vida de excesos, y esto tal vez le impidiera volver a rescatar alguno de los tesoros que había dejado escondidos.
- El tesoro del Olonés. Jean David Nau, más conocido como el Olonés, fue un pirata de origen francés del siglo XVII, considerado el pirata más sanguinario de todos los tiempos. En 1924 unos turistas americanos de vacaciones en Cuba conocieron a un anciano pescador llamado Joaquín Garrido que aseguraba ser descendiente de algún miembro de la tripulación de este pirata. El anciano les acabó entregando un antiguo mapa que indica la localización de un tesoro. El problema es que nadie ha conseguido averiguar a que isla pertenece, por lo que no se ha podido demostrar la autenticidad del documento. Pero sea con mapa o sin mapa… nadie ha conseguido encontrar hasta hoy este tesoro perdido.
Tesoros perdidos más recientemente…
- Millones perdidos de Kruger. Paul Kruger fue un destacado líder de la resistencia bóer (descendientes de los colonos holandeses) en la guerra contra el Reino Unido, además de presidente de la República de Sudáfrica. Antes de que las tropas británicas se apoderasen del control de la capital, Pretoria, los boers trataron de rescatar todo el oro posible de las reservas gubernamentales, así como de las minas de oro del país, acuñando miles de nuevas monedas. Paul Kruger trató de poner a salvo este tesoro huyendo hacia Mozambique y finalmente se embarcó rumbo a Francia, pero ya sin la preciada carga en su poder. El paradero de todo el oro perdido es aún un misterio. Su valor estimado era de unos 250 millones de dólares de la época.
- Reliquias familiares de Virginia. Este es uno de los mayores tesoros perdidos que aún no se han encontrado. En el año 1863, en plena Guerra Civil Americana, el comandante confederado John S. Mosby consiguió apoderarse de un importante tesoro formado por las riquezas de las familias de Virginia, al saquear los cuarteles del general del bando contrario Edwing Stoughton. Dichas riquezas eran la suma de las aportaciones a la causa bélica realizadas por cada familia del estado de Virginia, en forma de oro, plata y joyas fundamentalmente. Consciente de la increíble fortuna que obraba en su poder Mosby ordenó que fuera escondida y eso es lo último que se ha sabido. Desde hace algo más de un siglo toda clase de buscadores de tesoros se han acercado hasta el estado de Virginia en busca del increíble tesoro aún desaparecido. De hecho en la actualidad cualquiera, con un poco de suerte, podría encontrarlo.
- El botín de Jesse James. Otro caso real que ha llegado casi a convertirse en mito es el del forajido más famoso del Lejano Oeste: Jesse James. Jesse James, junto a su hermano Frank James, lideró una banda de forajidos que actuó principalmente en Missouri y Kansas.Tras haber sido asesinado a traición por uno de sus hombres nunca se han encontrado las riquezas que habría ido acumulando en sus famosas aventuras. En 1930, tras la muerte de un anciano minero llamado Ben Morton, se halló un extraño mapa. Este hombre había pasado años buscando en las montañas de Missouri el supuesto botín enterrado por el pistolero Jesse James. Entre sus pertenencias apareció un documento, conocido como El Mapa Wolf, debido a que aparece la imagen de un lobo. Ben Morton lo habría obtenido supuestamente del sacerdote que dio la extremaunción a Frank James, hermano del forajido. El mapa resulta prácticamente indescifrable por lo que se duda incluso de su veracidad… aunque tal vez nadie ha sabido nunca como interpretarlo y descifrarlo. Una vez más el tesoro sigue perdido.
- La mina de ORO perdida del holandés. Cuentan que este es uno de esos tesoros malditos pues todos los que buscan la mina perdida del holandés -también conocida como mina del alemán– acaban encontrando la muerte. Se trata de una mina de oro perdida con una abundante cantidad de oro por extraer. Su historia parece estar manchada de sangre desde hace cientos de años. Se debería encontrar en la zona de las montañas de Superstition, a unos sesenta kilómetros al este de Phoenix. Aunque muchos han buscado la mina de oro perdida nadie ha conseguido dar con su paradero… o no ha sobrevivido para contarlo.
- El tren del ORO nazi. Al final de la segunda guerra mundial, el conocido como tren del oro nazi, un convoy completamente cargado de oro, huye del avance de las tropas soviéticas, tratando de poner este importante tesoro a salvo de sus enemigos. Como no podía ser de otra forma el tren y su cargamento desaparecieron para siempre. En la actualidad se cree que el tren del oro podría localizarse en el sudoeste de Polonia, en la Baja Silesia. Tras varios intentos de buscadores de tesoros privados y también del propio ejército polaco por localizar el tesoro todos los resultados han sido negativos.
- El oro de Yamashita. Al igual que los nazis en Europa, los japoneses no se quedaron cortos en el saqueo de toda clase de riquezas: obras de arte, oro, joyas y otros objetos de valor en todas las zonas que llegaron a controlar en el Sudeste Asiático durante la Segunda Guerra Mundial. El Tesoro de Yamashita (también conocido como el Oro de Yamashita) es como se denomina al supuesto botín de guerra escondido por el general del mismo nombre hacia finales del conflicto. Lamentablemente todos los que podían conocer el paradero del tesoro murieron durante la guerra, o fueron posteriormente juzgados por crímenes de guerra y ejecutados. El propio Yamashita fue ajusticiado el 23 de febrero de 1946 por el ejército norteamericano. Desde entonces han sido numerosos los buscadores de tesoros que han intentado localizar este tesoro sin haberlo conseguido. Se cree que el lugar donde pudo haber sido ocultado es en Filipinas pero no hay pruebas definitivas a favor de que esto sea así.
- El Diamante Florentino. El Diamante Florentino ha sido uno de los diamantes más famosos de la historia. En la actualidad esta gema, procedente de la India, se encuentra en paradero desconocido. Era de color amarillo claro, con increíbles matices ligeramente verdes. Durante mucho tiempo el diamante formó parte de las joyas de la Corona Austríaca, hasta que en el año 1921 fue robado y nunca se ha vuelto a saber nada de su paradero. Actualmente el diamante Florentino estaría considerado el cuarto diamante más grande del mundo, si es que todavía sigue existiendo. Algunos rumores apuntan que podría haber sido tallado y posteriormente vendido.
- La Sala de Ámbar. La Sala de Ámbar, o Cámara de Ámbar, fue regalada al emperador ruso Pedro el Grande en 1716. Fue diseñada por maestros alemanes para el rey de Prusia y estaba formada de adornos y paneles de ámbar extraordinariamente preciosos. Muchos la consideran la octava maravilla del mundo. Desapareció en la primavera de 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas germanas se llevaron toda la decoración valiosa del palacio donde se encontraba la sala (el Palacio de Catalina, situado en la ciudad de Pushkin, en las afueras de la entonces Leningrado). En 2003 se inauguró una réplica de la cámara en el Palacio de Catalina (que es actualmente un museo) construida con más de seis toneladas de ámbar.
- Los huevos Fabergé. De los 69 huevos que fabricó en total la Casa Fabergé para los zares, la aristocracia y la élite de la época, se conservan 61. Se conocen cincuenta y dos huevos imperiales, cuarenta y cuatro de los cuales han sido localizados, entre ellos los dos últimos de 1917 que nunca fueron entregados ni terminados a causa de la Revolución. Los restantes ocho huevos imperiales se consideraban perdidos o desaparecidos. En el año 2013 un ciudadano estadounidense descubrió que tenía en su poder uno de estos huevos imperiales desaparecidos, concretamente el tercero. El huevo había llegado a su poder a través de un mercadillo donde lo había comprado sin tener la menor idea de que se tratara de un objeto tan especial y valioso. Por lo tanto ahora ya solo quedan siete huevos de Fabergé perdidos, valorados en millones de dólares cada uno de ellos.
¡Y estos no son todos los tesoros que aún están perdidos!
Aunque sería prácticamente imposible calcular el valor total de todos los tesoros perdidos de la lista anterior, estos solo son una pequeña muestra de la increíble cantidad de riquezas y tesoros que se han ido perdiendo a lo largo de la historia.
Seguramente habrá muchos otros tesoros perdidos que hemos pasado por alto al hacer esta lista, y otros tantos menos conocidos. Si has llegado hasta el final de este artículo muchas gracias por tu interés y no dudes en aportar cualquier cosa que consideres oportuna a través de los comentarios.
¡Y recuerda que cualquier día puede ser el día que encuentres un verdadero tesoro!